¿Soy Una Mala Feminista? La pregunta de Margaret Atwood
Cuando la autora de 'El Cuento de la Criada' se enfrentó al feminismo
Esta semana lanzamos en el podcast el episodio titulado "Querida Ijeawele: Cómo educar en el feminismo", basado en la obra de Chimamanda Adichie, en el que se ofrecen sugerencias sobre cómo criar a una niña bajo una perspectiva feminista en el mundo moderno. La autora (y su servidor) aspira a forjar un mundo donde las mujeres disfruten de los mismos derechos que los hombres. No obstante, la propia Chimamanda ha reconocido que la perfección es inalcanzable en el ser humano y que ninguna ideología está exenta de fallas, por más noble que sea su propósito. Con este preámbulo, deseo introducir una discusión sobre un tema que ha generado divisiones dentro del movimiento feminista en años recientes: el fenómeno de la cancelación, especialmente en el contexto del movimiento #MeToo.
Abordar la crítica al movimiento #MeToo y el feminismo contemporáneo como hombre presenta sus desafíos. Muchas veces he leído críticas al movimiento que provienen de un sesgo misógino y moralmente cuestionable, donde el verdadero problema parece ser la resistencia hacia el empoderamiento femenino más que hacia la censura en sí. Sin embargo, existe otro grupo de hombres y mujeres, los llamaré “los buenos”, quienes se encuentran en la encrucijada de alinear sus creencias liberales sobre los derechos individuales y los procesos legales con los valores del feminismo moderno. Esta disyuntiva es palpable y relevante, y fue abordada por una de las voces más influyentes del feminismo, Margaret Atwood. La autora ampliamente conocida por su obra "El Cuento de la Criada", (resumen del libro aquí) se ha convertido en un emblema literario de la lucha por los derechos de las mujeres, se enfrentó inesperadamente al movimiento #MeToo y a ciertos aspectos del feminismo moderno. Este enfrentamiento surgió tras su artículo publicado en 2018, donde respondía a las controversias en la Universidad de Columbia Británica relacionadas con las acusaciones de agresión sexual contra Steven Galloway. Su postura provocó intensos debates y críticas, llegando incluso al rechazo de ciertos sectores feministas.
En este artículo, deseo explorar y reflexionar sobre los argumentos de Atwood, examinando su crítica hacia ciertas prácticas del feminismo contemporáneo y su defensa de la justicia equitativa y los procesos judiciales imparciales. Atwood subraya la importancia de mantener un equilibrio entre activismo y justicia, un tema que sigue siendo de gran relevancia en el discurso social actual. Este análisis busca proporcionar una comprensión más profunda de cómo podemos abogar por los derechos sin comprometer los principios de justicia y equidad.
El caso de Steven Galloway
En 2015, Steven Galloway, entonces jefe del Departamento de Escritura Creativa en la Universidad de Columbia Británica en Canadá (UBC), fue suspendido por acusaciones de agresión sexual. La universidad hizo públicas las acusaciones antes de realizar una investigación formal, lo que precipitó una percepción de culpabilidad en la opinión pública. Posteriormente, una investigación judicial concluyó que no hubo agresión sexual, y aunque Galloway fue encontrado inocente de esos cargos, fue despedido de todas formas.
Margaret Atwood, sorprendida por la gestión del caso, y otros intelectuales, firmaron una carta solicitando una revisión del proceso llevado a cabo por la UBC. Esta acción situó a Atwood en el centro de la controversia, siendo acusada de justificar a los agresores y tildada de "Mala Feminista". Frente a las críticas de su propio movimiento, Atwood defendió su postura a través de un artículo titulado "¿Soy una mala feminista?", en el cual argumentaba que su posición no era antifeminista, sino una defensa del debido proceso y la justicia. Exploremos su argumento.
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