La Fragilidad de la Mente Humana en "El Túnel" de Ernesto Sábato
Lo que nos enseña la obra más popular del gran autor Argentino
En su novela "El Túnel", Ernesto Sábato nos introduce en la mente atormentada de su protagonista, Juan Pablo Castel, a través de una narración introspectiva que recuerda en muchos aspectos a la exploración psicológica que realiza Fiódor Dostoievski en sus obras como Crimen y Castigo o Memorias del subsuelo.
El Túnel se inicia con la confesión de un crimen: Castel ha asesinado a María, una joven con la que él sostuvo una relación amorosa y complicada. A través de su narración en primera persona, Castel explora las razones detrás de su acto violento, sus complejas emociones y desentraña las razones detrás de su obsesión por María y su creciente paranoia. A medida que avanza la historia, el lector se adentra en la mente de un hombre atormentado por su soledad, sus miedos y su alienación.
Uno de los elementos del libro es la dualidad psicológica de Castel. Un hombre elocuente, artístico, de buen léxico, pero con una paranoia endemoniada que le impide vivir en paz. Hay una profunda disonancia interna que Castel experimenta a lo largo de la historia, una dualidad que se asemeja a la lucha entre el bien y el mal que a menudo caracteriza los personajes dostoievskianos. Para mostrar esto, aquí les muestro unas frases narradas en primera persona por Castel al principio de la obra:
En realidad, siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea una forma de defensa de la especie humana. La frase "todo tiempo pasado fue mejor" no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que —felizmente— la gente las echa en el olvido.
Al mismo tiempo su mente argumenta lo contrario:
Y fuera verdad que "todo tiempo pasado fue peor", si no fuera porque el presente me parece tan horrible como el pasado; recuerdo tantas calamidades, tantos rostros cínicos y crueles, tantas malas acciones… Bastaría un hecho para probarlo, en todo caso: en un campo de concentración un ex pianista se quejó de hambre y entonces lo obligaron a comerse una rata, pero viva.
Estas frases nos dan la sensación de que Castel puede ver el mundo de una manera diferente, y por ende más realista. Esto le conlleva a un sentimiento de soledad acompañado por uno de superioridad moral. Más adelante en la obra vemos como Castel entiende que una parte de su cerebro quiere la bondad mientras la otra busca la maldad:
Mientras una parte de mí adopta una pose de humanidad, la otra parte llora fraude, hipocresía, falsa generosidad… Mientras uno me insta a ver la belleza del mundo, el otro me señala su sordidez y lo absurdo de cualquier sentimiento de felicidad.
En estas frases, Sábato nos muestra cómo la mente de Castel se divide en dos partes aparentemente opuestas, reflejando un conflicto existencial en su interior. Esta dualidad sugiere que la conciencia de Castel es un campo de batalla en el que sus impulsos y emociones chocan con su razón y sus valores morales. Aquí, el autor presenta una exploración profunda de la psicología humana, revelando las complejidades de la mente y cómo los individuos pueden luchar contra sus impulsos oscuros y sus pensamientos destructivos.
Lo interesante es que Sábato hace esto a través de una prosa precisa y controlada. La narración es lógica y ordenada y contrasta notablemente con el comportamiento maníaco y obsesivo del personaje principal. Esta dicotomía entre el tono racional de la narración y la irracionalidad de las acciones de Castel sirve para resaltar aún más la brecha entre su percepción de sí mismo y la realidad.
Uno de los grandes de la escritura logró entrar a la mente de un ser con una falsa superioridad, una profunda soledad y una falta de comprensión de la sociedad que lo llevan a un túnel obsesivo donde él es el único pasajero.