El Genocidio Olvidado: La Masacre del Perejil
Basada en el libro de Mario Vargas Llosa: La Fiesta del Chivo
La Masacre del Perejil fue un evento trágico que ocurrió en la República Dominicana en octubre de 1937, en el que 20.000 haitianos fueron brutalmente asesinados por fuerzas militares dominicanas. Este evento se ha convertido en una parte importante de la historia de las relaciones entre la República Dominicana y Haití, y ha dejado una cicatriz en la memoria colectiva de ambos países.
Aquí el resumen del libro en el podcast:
Se le llamó "La Masacre del Perejil", porque los soldados dominicanos querían diferenciar a los negros Dominicanos de los negros Haitianos. Así que se llevaron una rama de perejil y les pedían a las personas que pronunciasen dicha palabra. Un haitiano, de lengua francesa, se le hacía muy difícil pronunciarla, el que no podía pronunciarla, era asesinado.
El origen de la masacre se encuentra en las tensiones históricas entre Haití y la República Dominicana. Durante siglos, los dos países han compartido la isla de La Española, con Haití ocupando el lado occidental y la República Dominicana el lado oriental. Durante este tiempo, ha habido conflictos por tierras y recursos, así como tensiones raciales entre las poblaciones negras e indígenas de Haití y las poblaciones mestizas y blancas de la República Dominicana.
En 1937, el dictador dominicano Rafael Trujillo, quien estaba en el poder desde 1930, ordenó la masacre de haitianos en la frontera entre los dos países. Trujillo justificó la acción como una respuesta a la inmigración ilegal y la presencia de haitianos en la República Dominicana. Durante varios días, la masacre se llevó a cabo de manera brutal, con decapitaciones y otros métodos de tortura utilizados contra los haitianos.
La masacre del Perejil causó indignación en todo el mundo y llevó a una tensión diplomática entre Haití y la República Dominicana. Trujillo finalmente aceptó pagar una compensación financiera a Haití por las pérdidas causadas por la masacre.
Hasta el día de hoy, la masacre sigue siendo un tema sensible en las relaciones entre los dos países. Ha habido esfuerzos de reconciliación y algunos líderes de ambos países han reconocido la necesidad de abordar el pasado y trabajar juntos hacia un futuro más unido. Sin embargo, la masacre sigue siendo una cicatriz dolorosa en la memoria colectiva de ambos países.