Despertar: Espiritualidad sin Religión - Sam Harris
Resumen de un libro de uno de los neuro-científicos mas populares y controversiales del mundo moderno: Sam Harris
Para ser espirituales: necesitamos encontrar a Dios y abrirnos a un plano superior. ¿Correcto? No, según el autor. Descubrir la espiritualidad no requiere religión, todos podemos hacerlo aquí en el mundo mortal.
Todo lo que necesitamos para encontrar la espiritualidad es transformar nuestra forma de pensar. Debemos dejar de pensar en términos de placer y dolor o que somos un solo ser racional. En cambio, tenemos que concentrarnos en volvernos más conscientes de nuestros pensamientos y de nuestro verdadero yo. Aquí las ideas principales del libro:
#1 Buscar placeres y evitar el dolor no resultará en la felicidad
Nuestros placeres son fugaces. Incluso si encontramos ese momento perfecto de placer, incluso de felicidad absoluta, la sensación pronto se desvanecerá y pronto comenzará a perseguir un nuevo momento.
Esto se manifiesta constantemente en nuestra vida diaria. Imagina, por ejemplo, que por fin tienes tu ansiado día de playa. El sol se siente maravilloso en tu piel hasta que empiezas a sudar. Entonces, busca un nuevo placer, alivio en la sombra, hasta que esa brisa fresca se vuelve demasiado fría. Cuando buscas el calor de tu camiseta, te das cuenta de lo andrajosa que está y necesitas una nueva. Te gusta la idea de ropa nueva, pero odias ir de compras, etc.
Estos momentos de placer y dolor no solo son fugaces; también dependen de nuestras percepciones más que de la realidad.
Si todos tus músculos se tensan, comienzas a sudar y respirar con dificultad y el corazón te late con fuerza en la cabeza. Esto sería dolor que hay que evitar, sin embargo, ¿no son estas sensaciones las mismas que experimentamos cuando levantamos pesas en el gimnasio? ¡A algunas personas les encanta ese sentimiento!
Claramente, hay más para encontrar la felicidad que simplemente buscar el placer y evitar el dolor.
#2 Aunque nos vemos a nosotros mismos como un único “yo” unificado, este no es el caso
¿Qué eres, realmente? ¿Quién es el “yo” del que hablas? La mayoría de nosotros suponemos que este “yo”, es como una entidad única que existe en el cerebro y que es el origen de nuestros pensamientos. Aún así, este simplemente no es el caso.
En primer lugar, ni siquiera somos los pensadores de nuestros pensamientos, y nuestro sentido de control sobre ellos es totalmente ilusorio.
Prueba este ejercicio: ponte cómodo y trata de no pensar en nada durante un minuto entero.
¿Cómo te fue? Por supuesto, no puedes hacerlo. Es posible que hayas tenido segundos libres de pensamientos, pero algunos pensamientos vinieron eventualmente a su mente. Tenemos poco control sobre nuestros pensamientos, simplemente aparecen en nuestras mentes sin ser invitados.
Luego, incluso la idea del yo como una sola entidad es una ilusión. De hecho, el creador de nuestro "yo", el cerebro, está compuesto de hecho por diferentes hemisferios, el derecho y el izquierdo, cada uno con su propia personalidad.
Los médicos a veces realizan un procedimiento médico conocido como callosotomía, que divide los hemisferios del cerebro. Curiosamente, las personas que se han sometido a esta cirugía muestran rasgos muy diferentes según el lado del cerebro que se estimula.
Un ejemplo famoso de esto es de un estudio sobre un joven paciente con cerebro dividido a quien se le preguntó qué quería ser cuando fuera grande. Su hemisferio izquierdo respondió, "un artista", mientras que su lado derecho había respondido, "un piloto de carreras".
Claramente, sobreestimamos nuestro control sobre nuestros pensamientos y, como resultado, les prestamos más poder del que merecen.
#3 Ser "conscientes" de nuestros pensamientos y preocupaciones puede ayudarnos a superar su poder sobre nosotros
Nuestras vidas a menudo son insatisfactorias porque pasamos nuestro tiempo preocupándonos por lo que ha sucedido o lo que podría suceder en lugar de vivir el presente. Piensa en esta mañana, probablemente pensaste en algo negativo que te hizo infeliz. El problema no es este pensamiento en sí sino que te identificas con el pensamiento, por ende te domina.
Cuando estamos estresados pensamos: “Dios mío, todo es terrible, no hay salida”. Pero hay una salida: al usar la técnica meditativa de la atención plena, puedes separar tus pensamientos y preocupaciones de ti mismo.
Cuando meditas, te vuelves consciente de los contenidos de tu conciencia: tus impresiones, sentimientos y pensamientos. No solo te vuelves consciente de ellos; también comienzas a reconocer que no representan la realidad. Son simplemente las construcciones de tu mente.
Es como ver una película de terror: si te metes en la película vas a estar asustado, pero si recuerdas que es solo una imagen en una pantalla, el horror perderá su poder. Puede que todavía estés asustado, pero tendrás más control
#4 La meditación como una herramienta poderosa
¿Cómo podemos tener atención plena? Una forma es con la meditación. Mediante el uso de estas técnicas de meditación:
Comience cerrando los ojos y concentrándose en el acto de respirar, lenta y decididamente.
Es una certeza absoluta que, mientras te concentras en tu respiración, los pensamientos y sentimientos aparecerán en tu cabeza de vez en cuando.
Cuando esto suceda, simplemente reconózcalos y vuelva a concentrarse en su respiración. Al ser consciente de tus pensamientos y sentimientos sin dejar que tomen las riendas, comenzarás a reconocerlos como algo separado de tu conciencia y, por lo tanto, no te dejarás llevar por ellos.
La investigación indica una conexión entre la meditación y la comprensión de que no somos un "yo":
Numerosos estudios han demostrado que nuestra mente divaga durante aproximadamente el 50% de nuestra vida. Durante estos períodos de melancolía, una región del cerebro conocida como red de modo predeterminado se vuelve más activa.
Esta región es en parte responsable de nuestra tendencia a pensar y juzgarnos a nosotros mismos. En esencia, es la raíz del concepto de “yo”, la única entidad pensante.
Sin embargo, cuando estamos enfocados en algo, como durante la meditación, debilitamos el poder de la DMN. En otras palabras, dejamos de pensar tanto en “nosotros mismos”. Los meditadores experimentados pueden incluso debilitar la influencia de la DMN en sus pensamientos fuera del tiempo que pasan meditando.
#5 Las religiones quieren tener el monopolio de la espiritualidad
Coloquialmente el concepto de la espiritualidad está ligado al pensamiento religioso. Sin embargo, la espiritualidad y la religión tienen poco en común.
La espiritualidad es simplemente el intento de inducir estados de conciencia no ordinarios. Aunque las personas a menudo recurren a la religión para alcanzar esto, al mismo tiempo se puede lograr a través de la meditación o incluso con las drogas psicodélicas.
Además, las escuelas de pensamiento religioso simplemente no pueden afirmar de manera creíble que su marca de espiritualidad es la única.
Hay multiples experiencias espirituales, como el amor trascendente, la dicha, el éxtasis o la “luz interior”, que son comunes entre todo tipo de creyentes (cristianos, musulmanes, judíos, etc.), así como entre los no creyentes.
Las organizaciones religiosas no pueden tener el monopolio de la espiritualidad. Todos afirman hacerlo (proclamando que siguen al único Dios verdadero), pero no todos pueden tener razón. Según un musulmán, un cristiano nunca debería poder experimentar la espiritualidad porque sus creencias son “equivocadas” y viceversa. Pero todos podemos tener experiencias espirituales, independientemente de nuestras convicciones religiosas.
A pesar de estas obvias contradicciones, muchas personas en Occidente luchan por desconectar la espiritualidad de la religión, porque la espiritualidad en las religiones occidentales está completamente basada en la fe. Aunque el acto de oración en sí mismo puede tener beneficios espirituales, estos beneficios se atribuyen a las convicciones religiosas que inspiran la oración, más que al acto en sí.
Las religiones orientales, por otro lado, son empíricas en su esencia. En consecuencia, se preocupan por las experiencias y observaciones de la realidad. Por esta razón, puedes realizar la meditación budista sin creer realmente en ninguna de las doctrinas religiosas budistas. La meditación en sí misma es un conjunto de instrucciones empíricas para experimentar diferentes estados de conciencia.
Incluso el “iluminado” Siddhartha Gautama, la figura principal del budismo, fue simplemente un hombre que despertó del sueño de ser un yo separado. ¡Él nunca hizo ningún reclamo de divinidad! No es un Dios.
#6 Ten cuidado con quien sigues
Comenzar el camino hacia la atención plena y una vida espiritual no es fácil. Es muy probable que, para tener éxito, necesites la guía de un profesor o un guru experimentado. Pero encontrar a esta persona puede ser complicado.
Para empezar, es bastante difícil descifrar si un maestro espiritual tiene la experiencia necesaria para ser tu maestro. A diferencia de otras áreas de especialización, como la experiencia académica, profesional o deportiva, demostrar el dominio no es fácil.
Si deseas mejorar tu servicio en tennis, por ejemplo, encontrar un profesor de golf calificado es relativamente simple. ¿Pero cómo demostrarías experiencia espiritual? Es simplemente imposible.
Además, la naturaleza de la espiritualidad facilita que los charlatanes y megalómanos exploten la relación estudiante-maestro.
Si tu instructor de tennis te dice que tienes que afeitarte la cabeza, renunciar al sexo, o tomar ciertas drogas, comenzarías a buscar un nuevo maestro. Sin embargo, este tipo de demandas no son infrecuentes para las comunidades espirituales.
Además, el objetivo de abandonar la ilusión del yo puede utilizarse como legitimación de prácticas que te hacen sentir incómodo o que son francamente explotadoras.
Por ejemplo, puede hacerte sentir incómodo o explotado si tu maestro te ordena que te desnudes frente a él. Sin embargo, tu maestro podría explicar fácilmente tu incomodidad como la resistencia de tu ego a separarse del cuerpo.
Entonces, si bien encontrar un buen maestro es una parte importante de su viaje hacia el desinterés, debe tener cuidado al investigar y elegir el correcto.
#8 Si vas usar psicodélicos, ten cuidado
Si has bebido alcohol (especialmente cuando es mucho) sabes que la experiencia puede cambiar temporalmente tu percepción de la realidad y a ti mismo.
Esta modificación de tu conciencia es aún más extrema con otras drogas. Ingerir MDMA, por ejemplo, induce a la paz mental y aumenta la empatía y el afecto por las otras personas que te rodean. Esta experiencia puede acercarse relativamente al estado de atención plena.
Otras drogas psicodélicas, como el LSD o los hongos, ofrecen desviaciones aún más radicales de sus experiencias cotidianas. Estas experiencias profundas y novedosas pueden abrirte a una concepción completamente nueva de lo que es posible en términos de conciencia.
Sin embargo, aunque estos medicamentos ofrecen el beneficio de una conciencia alterada, también conllevan riesgos. Por ejemplo, los estudios indican que la MDMA es neurotóxica, tiene efectos dañinos en partes del cerebro. Además, tomar drogas que alteran la mente, como la MDMA específicamente, siempre implica el riesgo de adicción.
Las drogas también son cosas volubles. No siempre cumplen lo que prometen, y algunos pueden conducir a experiencias que no tienen paralelo en su horror.
Por ejemplo, mientras Sam Harris el autor de este libro, estaba en un viaje a Nepal, consumió LSD sentado en un bote en un lago. Al hacer efecto la droga, imaginó que tanto el lago como la barca habían desaparecido, y que sólo quedaba un terror inefable en forma material. Durante las siguientes horas se quedó solo con su mente, que se había convertido en un instrumento de auto-tortura.
Si bien las drogas pueden ser una herramienta en el camino hacia el desinterés, deben manejarse con sumo cuidado.